En la II Jornada Internacional de Inteligencia Turística de Toledo, organizada por Next International Business School y el Instituto de Estudios Cajasol, se abordaron las claves para alcanzar un mayor rendimiento del sector turístico y luchar contra la turismofobia.
En este sentido, la directora del Máster en Inteligencia Turística, Carmen Pardo, indicó que el «secreto» para evitar la sobreexplotación turística está en la ordenación desde las administraciones públicas y en la toma de decisiones en base a datos.
La turismofobia es un fenómeno que se produce en determinadas ciudades turísticas en las que los vecinos al sentirse «colonizados» por los turistas, rechazan el turismo. Así, encontramos los casos de Berlín o Barcelona, que han registrado las mayores tasas de crecimiento en el número de camas por kilómetro cuadrado, lo que ha llevado a que los vecinos tengan la percepción de estar “colonizados” y les dé igual el empleo que se pueda generar o el dinero que se pueda quedar en la zona.
En esta línea, Pardo aseguró en la II Jornada Internacional de Inteligencia Turística que el turismo no se puede evitar porque no se puede limitar el movimiento de las personas salvo en espacios concretos, pero sí se puede ordenar mediante estrategias «de calado» a cargo de las administraciones públicas y del sector privado.
El sector público es el que puede hacer más cosas porque a él le corresponde mejorar la imagen del destino mediante la promoción, recuperación del patrimonio, prestación de servicios públicos y de la oferta pública de alojamiento.
El movimiento de los turistas por las ciudades se puede conocer a cada hora concreta mediante las tarjetas internacionales y, en base a esos datos, las administraciones pueden contrarrestarlo organizando eventos en otras zonas, o con beneficios fiscales para los alojamientos hoteleros situados fuera de la zona con más presión de carga o también organizando eventos fuera de la temporada alta.
Las empresas privadas, por su parte, pueden colaborar organizando actividades, y teniendo en cuenta, además, que el turista de hoy en día ya no es solo contemplativo, sino que lo que quiere es vivir experiencias.
La directora del Máster en Inteligencia Turística: Gestión y Competitividad Internacional de Next IBS añadió que existen medidas para evitar las aglomeraciones como poner tasas turísticas, pero en este caso ocurre que en ocasiones los hoteles bajan los precios para contrarrestar el efecto; o se puede limitar el número de visitas a espacios o monumentos como, por ejemplo, en las islas Cíes.
El fenómeno turístico tiene bondades pero con matices, ya que tiene un efecto multiplicador en empleo, pero hay mucha estacionalidad lo que provoca la revalorización del suelo, pero hace que sea menos accesible para los residentes, y da lugar a más alojamiento no reglado.
Por su parte, el presidente de la Fundación Cajasol y del Instituto de Estudios Cajasol, Antonio Pulido, abogó por definir las políticas turísticas en un mundo tan cambiante, con tantos competidores y movimientos tan rápidos, para lo cual es fundamental saber usar la cantidad de datos de que se dispone.
Esta II Jornada Internacional de Inteligencia Turística contó también con la intervención del presidente de Next IBS, Manuel Campo Vidal, para quien hay que tender a un turismo inteligente en ciudades sostenibles; y de la concejal de Turismo y Artesanía de Toledo, Rosa Ana Rodríguez, quien también destacó la importancia de un turismo sostenible, en buena convivencia con los vecinos, para lo que se requiere una ordenación.
También participaron el director gerente de la Cámara de Comercio de Toledo, Joaquín Echevarría, que apostó por la ordenación en base a la competitividad, y el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Castilla-La Mancha, Alfonso Silva, quien puso el acento en la importancia de saber «digerir» la gran cantidad de datos y utilizarlos para fijar el turismo.