David Sánchez, titulado en el curso 2020 del Máster en Dirección Financiera: «Next ha cumplido todas mis expectativas»

David Sánchez Sánchez, Financial Controller en C&A y egresado del Máster en Dirección Financiera

La calidad docente, determinante a la hora de elegir una escuela en la que especializarte. «Estamos hablando de un nivel de excelencia muy alto»

Una recomendación vía LinkedIn del Máster en Dirección Financiera por parte de una de sus tituladas decidió a David Sánchez Sánchez a apostar por Next International Business School. Esa fue la primera cuestión fundamental, la segunda y determinante, la calidad de la docencia. «Escogí Next por los profesores. Ese post me dio muy buenas referencias de Juan Pérez-Carballo – director del Máster – y Roberto Cuadrado«, declara.

«Siempre recomendaré este Máster en Dirección Financiera»

David es Financial Controller en C&A, compañía dedicada a la industria textil y moda, y no tiene dudas en seguir el ejemplo de la exalumna que, sin saberlo, le presentó la escuela de negocios Next. «Siendo consciente de toda la calidad docente que hay en el Máster, recomendaría a aquellos que quieren especializarse en finanzas que se enfoquen más en el profesorado a la hora de elegir un máster. Incluso más que en la escuela», declara.

En este sentido, asegura que «la marca del centro de estudios lo hace la profesionalidad y la alta calidad de la docencia que, como consecuencia, tiene una muy buena valoración de sus estudiantes. Es todo ese conjunto de personas».

La calidad docente, el factor diferencial

Calidad docente que se traduce en un aprendizaje enriquecedor por parte del alumnado. «He aprendido a aumentar mis conocimientos en finanzas, a tener otra manera de pensar, de enfocar los problemas» y, sobre todo, a «aplicar en mi trabajo estos conocimientos financieros», añade.

Todo ello, en mayor medida, gracias al «apoyo incondicional al alumno», fundamental en el progreso educativo y aspecto diferenciador de otros centros. «No todas las escuelas aportan esa máxima flexibilidad hacia el estudiante. Estamos hablando de un nivel de excelencia muy alto», declara. 

«Next ha cumplido todas mis expectativas», afirma David una vez superado el Máster en Dirección Financiera, impartido con la colaboración de Converthia, expertos en Finanzas y Control de Gestión. Un programa innovador acreditado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España (CNMV) que le «ha encantado» y seguirá «recomendando siempre». 

¿Qué opinas? ¿Te gustaría dedicarte al mundo de las Finanzas? Déjanos tu comentario.

 

A mal tiempo, emprendimiento

La estrategia empresarial es el primer paso que debe dar el emprendedor

La crisis económica que se avecina anuncia la vuelta del emprendimiento. Ha sucedido en otras ocasiones porque emprender surge del avance tecnológico, pero también de la necesidad.

Buena parte de las 30 empresas del Dow Jones se crearon en recesiones. Fue el caso de Apple, IBM, Microsoft o Disney. En la pasada crisis arrancaron empresas como WhatsApp, Instagram, Uber o Airbnb. También en España floreció el emprendimiento durante las sucesivas crisis iniciadas en 2007. Las dificultades y los cambios ofrecen oportunidades a quien tiene actitud emprendedora.

Pero el emprendimiento exige un clima empresarial adecuado para no dilapidar esfuerzos en trabas, permisos, gestiones y vuelva usted mañana.

El estudio anual del Banco Mundial de 2020 evalúa la facilidad para hacer negocios en 190 países. Para hacer el ranking el estudio considera la facilidad para iniciar un negocio, gestionar permisos de construcción, contratar electricidad, registrar propiedades, obtener crédito, proteger a los inversores minoritarios, la fiscalidad, realizar actividades de comercio exterior, hacer que se cumplan los contratos y resolver los impagados. En este ranking mundial España ocupa la posición 30, entre Japón y China.

[Quizás te interese: MasterClass “Aprende a financiar tu startup en 1 hora”]

Las primeras plazas son para Nueva Zelanda, Singapur, Hong Kong, Dinamarca, la República de Korea y Estados Unidos. Por detrás de España quedan Gran Bretaña, Portugal, Italia y Grecia.
El estudio ofrece también el ranking de la facilidad para iniciar un negocio. Ahí España empeora bastante al descender al puesto 97 de los 190 países. Para situarnos, el valor del PIB español es el número 13 y en renta per cápita andamos por la posición 33.

Cuando hay facilidad para hacer negocios, pero no tanta para iniciarlos, los nuevos proyectos tienden a promoverlos las grandes empresas. Ahora eso no basta. Dice el Banco Mundial que el estudio ha de servir a los países para diseñar sus políticas empresariales. Urge hacerlo para estimular el emprendimiento.

Juan Pérez-Carballo
Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS

Las nuevas métricas digitales llegan al Máster en Finanzas de Next IBS

La métrica digital en el Máster en Finanzas de Next IBS

Juan Pérez-Carballo, director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS, repasa los indicadores digitales que se utilizan en el ámbito financiero actualmente, a los que también se da protagonismo en el máster en finanzas que dirige.

Bastantes de las nuevas métricas -incluso sus acrónimos- se usaban antes de su actual protagonismo. El CHURN es la clásica tasa de pérdida de clientes, inversa de la tasa de fidelidad. El ARPU equivale en la industria hotelera al RevPar (ingreso medio por habitación disponible) que con el ADR (precio medio por habitación ocupada) y la tasa de ocupación (las habitaciones ocupadas sobre las disponibles) componen la ecuación clave del sector (RevPar = ADR x ocupación). Máster en Finanzas

Pero las nuevas industrias también exigen métricas nuevas, como el DAU (los usuarios activos diarios) y el MAU (los usuarios mensuales) de las redes sociales y los juegos digitales. La relación DAU/MAU estima los usuarios que interactúan en un día. Si el DAU es 600 y el MAU 300 como media cada usuario se conecta dos veces al día. Estos indicadores son métricas clave de Facebook.

Ahora, con la nueva tecnología digital, los indicadores se calculan con mayor fiabilidad y rapidez que antes. Es el caso del CAC (el coste de adquirir un cliente) y el LTV (el valor del cliente). Además, son de captura, almacenamiento, acceso y análisis más fácil, mediante las técnicas del Big Data y el Business Intelligence, y componen nuevos modelos de negocio para contrastar sus hipótesis y evaluar las decisiones en tiempo real. La mayor disponibilidad y el mejor tratamiento de las métricas permiten extraer más valor de los datos para comprender de qué dependen y mejorarlos.

La importancia de estos indicadores operativos es que forman parte esencial de la actividad de la empresa, son gestionables y su comportamiento explica anticipadamente los resultados financieros. Por eso han de estudiarse en cualquier Máster en Finanzas y el director financiero ha de añadirlos a su cuadro de mando, junto con los financieros.

Juan Pérez-Carballo

Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS

¿Quieres saber más sobre el Máster en Dirección Financiera de Next IBS? Pincha aquí

¿Qué es un KPI financiero? ¿Para qué se utiliza?

¿Qué es un KPI financiero y por qué son tan útiles?

Seguramente alguna vez hayas oído hablar de los KPIs (Key Performance Indicators) y de lo útiles que pueden ser para saber en qué punto se encuentra un negocio. En este post te contamos qué es un KPI financiero y por qué son tan importantes para las empresas.

¿Qué es un KPI financiero? ¿Qué me puede aportar a nivel empresarial? Antes de definir estos indicadores clave de rendimiento es fundamental entender que estos permiten saber si estamos alcanzando los objetivos marcados en una estrategia por lo que saber utilizarlos correctamente es clave.

Un KPI es un indicador que permite medir el resultado de tus acciones, es decir, es un dato que aporta información sobre si una determinada acción que hemos puesto en marcha ha dado los resultados esperados o no. Obtener información objetiva es algo vital para identificar si estás tomando las decisiones adecuadas y conseguir los objetivos de tu empresa.

En el mundo de las finanzas, algunos de los KPIs más conocidos son el beneficio neto, es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos; el margen del beneficio neto, que muestra qué porcentaje de tus ingresos son beneficio neto o el EBITDA, el beneficio bruto de explotación antes de restarle los gastos financieros.

Otros indicadores son la rentabilidad de la inversión, que recoge información sobre el beneficio que se genera a raíz de una determinada inversión realizada tras restarle los gastos asociados a esa inversión, y la tasa de crecimiento de los ingresos, que mide la velocidad a la que crecen los ingresos de la empresa.

[Quizás te interese: Máster en Dirección Financiera]

Por otro lado, conocer el grado de liquidez permite tomar decisiones acertadas a partir de la información aportada sobre los recursos con los que cuenta la organización en cada momento. El departamento de ventas debe estar, además, monotorizado por los responsables directivos para optimizar las inversiones en personal, material y extras que deban realizarse.

Para seleccionar correctamente los KPI que necesitamos es fundamental definir cuál es nuestro modelo de negocio. Lo más probable es que los indicadores no funcionen igual de bien para un negocio online que para una gran empresa. El tipo de producto/servicio que ofrezcamos o el mercado en el que nos movamos también son determinantes.

En cualquier caso, los KPIs financieros deben ser siempre específicos, medibles, alcanzables, relevantes y de los que se pueda hacer un seguimiento de su evolución en el tiempo. Solo de esta forma se podrán obtener datos relevantes que sean útiles para el desarrollo de las estrategias de las organizaciones.

El futuro del tesorero llega de la mano digital

¿Qué es la dirección financiera?

Los tres objetivos del tesorero: dar servicio a las operaciones de la empresa, controlar su riesgo e incurrir en los menores costes de financiación y gestión.

 

Se agradece cuando una lectura ayuda a pensar y generar ideas. A contrastar el criterio propio con el del autor para confirmar o cambiar planteamientos y animar a la acción. Esa lectura solitaria, a veces revive experiencias  – aprender es muchas veces recordar – y otras abre nuevas perspectivas. La encuesta Digital Treasury de PwC (2019) creo que ofrece al tesorero algo de eso. Su lectura suscita ideas que combinan planteamientos de siempre con nuevas aportaciones, pero sin que lo que aquí se expone responda necesariamente al contenido de dicha encuesta.

Los tres principales objetivos tesoreros son dar servicio a las operaciones de la empresa, controlar su riesgo e incurrir en los menores costes de financiación y gestión compatibles con los dos primeros objetivos. Pero el servicio y el riesgo dominan sobre los costes. Aunque se califique a la tesorería como un centro de beneficios, su contribución directa al resultado, siendo importante, queda relegada por su contribución indirecta mediante el servicio y el control del riesgo. La obsesión por optimizar el beneficio a corto plazo degrada la calidad del servicio, incita a especular y a ser cicatero con la liquidez porque cuesta financiarla. La tesorería no es un centro de coste, se afirma – tampoco de beneficio -, es un centro de servicio que debe alinearse con la estrategia de la empresa.

La primera competencia de un tesorero es que sea experto en tesorería. La encuesta añade las de aportar un pensamiento estratégico, ser un socio de los responsables operativos y mostrar una decidida afinidad tecnológica. En especial, con el data analytics, para mejorar las decisiones e identificar exposiciones, y la robótica de procesos (RPA), para la automatización de tareas repetitivas y en especial los pagos. La tecnología ofrece medios potentes para resolver problemas de siempre.

Los temas clave del tesorero parecen no haber cambiado: la previsión de tesorería, la financiación, la gestión del riesgo, la estructura financiera y la gestión del circulante. La encuesta insiste con razón en la tecnología y la innovación financiera. Recordemos lo que supuso la llegada de la informática o los ERPs. Queda claro que el tesorero debe esforzarse en aprender tecnología aunque la encuesta confirma el gran uso que hace aún de la hoja de cálculo.

[Quizás te interese: Máster en Dirección Financiera]

Parece que el tesorero da poca importancia a la ciberseguridad, a pesar de que más del 40% declara sufrir intentos de fraude en el sistema de pagos al menos una vez al mes y solo un 15% declara no haber recibido ninguno.

Según la encuesta los principales criterios para elegir un banco son que financie la empresa a largo plazo, que tenga capacidad para ayudar a la empresa, sus costes y la historia de la relación. Como esta relación influye mucho es habitual mantener relaciones por inercia y que el pool bancario tienda a crecer: entran nuevos bancos sin dar de baja a otros. La encuesta confirma lo poco que se revisa la relación con los bancos. Como hasta casi un 40% confiesa no hacerlo nunca, cabe recordar lo importante que es luchar contra la rutina.

Al seleccionar al tesorero se nos dice que se valora primero la experiencia y la formación en finanzas. Correcto, pero la entrevista personal siempre es definitiva. La encuesta confirma la poca transparencia en la información de los costes bancarios y quizá quepa añadir, la escasa dedicación de la empresa a revisarlas. Otra recomendación destacable es que el tesorero salga más del despacho para esforzase en comprender las necesidades tesoreras y los riesgos de las operaciones. Por último, que preste más atención a la problemática fiscal, aunque no le guste el tema.

Al leer la encuesta hay que considerar que recoge las respuestas de grandes compañías de 37 países, con una media de 11 dígitos de cifra de ventas.

Juan Pérez-Carballo

Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS

Madrid, 16 de julio de 2019

Descubre el Máster en Dirección Financiera a través de una sesión en directo

¿Interesado en estudiar un Máster en Dirección Financiera?

Juan Pérez-Carballo, director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS, informará sobre este programa académico el miércoles, 10 de julio, a todos aquellos interesados en cursarlo. Además, todavía estás a tiempo de solicitar tu beca.

¿Estás pensando en reorientar tu carrera profesional o en especializarte en el área de las finanzas? Si estás interesado en cursar un máster de este ámbito de estudio, puedes acceder al webinar de este miércoles, 10 de julio, a las 18 horas (6:00 p.m), en el que Juan Pérez-Carballo, director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS, resolverá todas las dudas que te surjan sobre este posgrado.

Esta maestría, impartida por Next International Business School con la colaboración de Converthia, expertos en finanzas y control de gestión, te proporcionará las competencias técnicas y de gestión necesarias para desarrollar una carrera profesional de éxito en el ámbito del área de finanzas de cualquier empresa nacional o multinacional.

Pérez-Carballo señala que “su diseño innovador aprovecha las técnicas y herramientas comunes en finanzas para que sus participantes desarrollen con éxito otras funciones de la profesión financiera como Corporate Finance, asesoramiento de gestión de patrimonios y control de gestión. Con ello reforzamos un objetivo principal del máster que es potenciar la empleabilidad de sus alumnos”.

Además, el máster complementa la formación en finanzas con las oportunidades que brindan la transformación digital para mejorar la gestión y la toma de decisiones financieras.

Al igual que otros posgrados impartidos por Next IBS, el Máster en Dirección Financiera (MDF) cuenta con un programa de becas que puedes consultar a través de nuestra página web. Todavía hay varias convocatorias abiertas para solicitar ayudas que cubren desde el 50% de los estudios hasta el 100%.

Cualquier duda que tengas sobre el programa académico de este máster, su metodología o su claustro de profesores  podrás consultarla en el webinar de mañana. Si estás interesado en inscribirte, puedes hacerlo pinchando aquí.

«La trampa de las alquimias financieras», por Juan Pérez-Carballo

La trampa de las alquimias financieras

La manipulación de los resultados empresariales es siempre peligrosa porque, al igual que las aguas siempre vuelven a su cauce y dejan al descubierto las miserias, las argucias en la gestión también se agotan y dejan al aire nuevos problemas.

Si la alquimia medieval buscó ilusoriamente encontrar la piedra filosofal para convertir cualquier metal en oro, la alquimia financiera es cualquier mecanismo no sostenible para mejorar aparentemente los resultados de la empresa a costa de deteriorar los de largo plazo. Cuando se descubra el ardid o se anule su efecto transitorio surgirán los problemas. Entre las principales alquimias financieras destacan:

  • Promover un crecimiento exagerado, desproporcionado con la tendencia del mercado y los recursos de la empresa. El aumento de la actividad reduce el coste unitario del producto: al repartirse los costes fijos de los recursos consumidos entre más unidades, cada unidad toca a menos. Pero si el crecimiento revierte, cuando cae la actividad se produce un efecto de ida y vuelta y cada unidad tocará a más. Le sucedió al sector financiero cuando, abducido por el objetivo de crecer, abrió excesivas oficinas que tuvo que cerrar posteriormente.
  • El endeudamiento desmedido, porque siempre es rentable tomar dinero a un coste inferior a la rentabilidad de invertirlo. Pero el endeudamiento solo es favorable si ese margen se mantiene y se puede cubrir el servicio de la deuda. Cuando cambie el mercado o suban los costes y la rentabilidad sea negativa o no se generen fondos suficientes, provocará incluso la insolvencia.
  • Las ventas con riesgo de anulación. Esto sucede, por ejemplo, si fuerza al canal para que anticipe o exagere sus pedidos. El canal puede aceptarlo si tiene la posibilidad de devolución o es débil, pero cuando acumule un stock excesivo reducirá sus compras e incluso devolverá el producto si puede, teniendo la empresa que anular la falsa venta.
  • El recorte de los gastos estratégicos, como los de I+D+i y apoyo a la marca, es fatal porque, si bien mejora la cuenta de resultados a corto plazo, deteriora las de los próximos años al ser esos gastos los que alimentan el futuro de la empresa. alquimias financieras
  • La financiación con los proveedores de las pérdidas o el crecimiento. Pero, si no se corrigen las pérdidas y se ajusta el crecimiento y la financiación permanente, la situación empeorará hasta reventar. La financiación forzada con los suministradores es una huida hacia adelante que, a veces, acomete la empresa distribuidora.
  • No cubrir el riesgo para ahorrar el coste de su cobertura, pero dejando a la empresa a merced de la fortuna. En algún momento se materializará alguna exposición importante deteriorando seriamente los resultados.
  • No invertir y descapitalizar técnicamente la empresa. Aunque los resultados inmediatos se beneficien de ordeñar el inmovilizado, cuando este se agote y haya que reponerlo el problema de financiarlo puede ser un serio tropezón para la continuidad de la empresa.
  • El pago de dividendos no sostenibles para aumentar temporalmente el valor de la acción. Cuando el cambio de las circunstancias obligue a recortar o anular ese dividendo excesivo, el precio de la acción se desplomará. Los accionistas de control apoyan a veces ese aumento del dividendo para compensar sus inversiones fallidas.
  • Por último, la más grosera de las alquimias financieras, la contable, adultera las cuentas y falsea las ventas, los costes o la deuda. Si no se corrige, el engaño siempre se descubre sobre todo cuando algún detonante lo destapa. Esta alquimia cuenta a veces con la complicidad de algún auditor innoble.

[Quizás te interese: Máster en Dirección Financiera]

La empresa tampoco tiene su piedra filosofal. Si bien la antigua alquimia fue precursora de la ciencia moderna, la financiera es antesala del fracaso empresarial. El resultado sano y sostenido no admite atajos, sino que es fruto de estrategias bien trabadas y del esfuerzo colectivo.

Juan Pérez-Carballo

Director del Máster en Dirección Financiera Next IBS

¿Es el riesgo el convidado de piedra en la dirección financiera?

riesgo-empresarial

La rentabilidad y el riesgo son dos componentes inseparables de la gestión y la dirección financiera. Aunque para llegar el primero hay primero que terminar, el riesgo es con frecuencia el gran olvidado por los gestores y los inversores.

Los dos objetivos principales de cualquier empresa son sobrevivir y retribuir a sus inversores en condiciones de mercado. El primero, referido al riesgo, debe dominar al segundo, que contempla la rentabilidad. Pero no siempre, en el mundo de la dirección financiera, prestamos la debida atención al riesgo.

Así, el informe de la OCDE de febrero del 2010 sobre la crisis iniciada en 2008 concluía: Uno de los más grandes shocks de la crisis financiera ha sido el amplio fracaso de la gestión del riesgo. En muchos casos el riesgo no se gestionó con un criterio empresarial… Los consejos de administración no estaban al tanto, en muchas ocasiones, del riesgo al que se enfrentaba la compañía.

En un ámbito más restringido la Global Corporate Treasury Survey de 2017 de Deloitte afirma que un 75% de los tesoreros encuestados no controlan activamente los riesgos clave. La literatura empresarial suele anteponer sistemáticamente el crecimiento o la rentabilidad. Por ejemplo, la excelente Guide to key performance indicators (PriceWaterhouse Cooper, 2017) menciona growth 86 veces, return 33 y risk… solo una vez. Lo mismo hacen algunos gestores, especialmente en épocas de prosperidad, quizá porque se les retribuye por la rentabilidad, no por el riesgo.

De la incertidumbre al riesgo

La gestión del riesgo exige diferenciarlo de la incertidumbre. El primero se refiere a la posibilidad de que el resultado no sea el previsto, de que ocurran sucesos conocidos y cuyos efectos (adversos) pueden anticiparse y prevenirse con la diversificación o un seguro. La incertidumbre es la posibilidad de que se produzcan sucesos imprevistos o desconocidos -siempre sucede lo inesperado, decía Keynes.

[Quizás te interese: Máster en Dirección Financiera]

Se sabe que pueden pasar cosas adversas, pero se ignora qué cosas y por tanto sus consecuencias. La incertidumbre se explica en parte por la ignorancia por lo que se gestiona convirtiéndola en riesgo mediante el conocimiento y aprendiendo con la experiencia propia o ajena (el consejo secular de saber para prevenir). También se gestiona con holguras para hacer frente a lo imprevisto.

La cobertura de las exposiciones

El riesgo está siempre presente porque lo que se gestiona es el futuro; solo el pasado está libre de riesgo. Cualquier actividad exige aceptar riesgos, pero solo los que no cuestionen la continuidad de la empresa. Hay que evitar los catastróficos pues recordemos que el primer objetivo de cualquier organismo es sobrevivir. Por eso el riesgo ha de ser gestionado y controlado sin que sea posible eliminarlo en su totalidad dado que es consustancial con la actividad empresarial.

[Quizás te interese: ¿Cómo elegir un Máster en Dirección financiera?]

Como el riesgo está presente en todas las actividades, no solo en las financieras, la dirección de la empresa debe establecer el nivel aceptable de riesgo (el llamado apetito de riesgo) y aprobar y comunicar las políticas para su gestión y control. Para ello hay que identificar las exposiciones, evaluarlas para seleccionar los riesgos relevantes y gestionarlas optando entre soportarlas, evitarlas, neutralizarlas o reducirlas o ceder el riesgo a un tercero. Por último hay que controlar los resultados para evaluar el grado de consecución de los objetivos y la efectividad de las políticas e instrumentos aplicados.

Porque está en juego la supervivencia

Como aconseja el celebrado informe Coso: La gestión del riesgo empresarial no es… un departamento; es la cultura, las capacidades y las prácticas que las organizaciones integran en su estrategia… Su gestión es más amplia que confeccionar un inventario de todos ellos; incluye las políticas para gestionarlo y medirlo en toda la organización… desde las pequeñas a las grandes empresas.

Juan Pérez-Carballo
Director del Máster en Dirección Financiera Next IBS
2 de mayo de 2019

¿Qué es la dirección financiera?

¿Qué es la dirección financiera?

Los dos objetivos genéricos de toda empresa son sobrevivir y retribuir competitivamente a sus inversores. Un objetivo de riesgo y otro de rentabilidad que enmarcan la misión de la dirección financiera: apoyar y financiar el crecimiento rentable de la empresa, controlando su riesgo.

Lo que hace

Sus principales cometidos son la gestión de la información, los procesos administrativos y los flujos monetarios, la planificación, el análisis de inversiones, la financiación y la gestión del riesgo. Además, ayuda a las áreas operativas con procesos de gestión eficaces y asegura que sus responsables conocen el efecto financiero de sus decisiones. También asesora a la gerencia en operaciones corporativas como ampliar capital o invertir en otras sociedades.

Sus tres directrices

Las finanzas actuales combinan tres elementos fundamentales: los principios financieros básicos gestados por la experiencia, la valiosa aportación del progreso tecnológico y el efecto de las recurrentes oportunidades y amenazas del entorno.

Algunos de esos principios de las finanzas son: ajustar el crecimiento de la empresa a sus recursos y al crecimiento del mercado, diversificar siempre, controlar que la rentabilidad de las inversiones supera al coste de financiarlas, mantener un endeudamiento que permita cubrir el servicio de la deuda, pagar un dividendo prudente y sostenible y gestionar los riesgos para evitar las pérdidas catastróficas. Estos principios marcan límites y son bien conocidos, aunque a veces se olvidan por un exceso de optimismo en periodos de fuerte crecimiento o de pesimismo en tiempos adversos, cuando la recuperación parece lejana.

En segundo lugar la dirección financiera ha de aprovechar las nuevas tecnologías, en la actualidad, las digitales. Lo digital transforma las finanzas porque promueve una gestión automatizada, integral, remota y en tiempo real. Mejora la fiabilidad y el tratamiento de los datos y la robotización de los procesos. El big data y el business analytics, por ejemplo, contribuyen al éxito al analizar datos masivos mediante algoritmos inteligentes. Las máquinas cada vez más realizan mejor tareas antes reservadas al ser humano. La importancia de la tecnología para las finanzas la atestigua la previsión de que se precisará un chief financial technology officer.

El tercer elemento exige estar atento al entorno, cada vez más complejo, que reparte las cartas con las que la empresa debe jugar sus bazas. Cuando la influencia del entorno es intensa se produce, por reacción, una gran sensibilidad a su evolución. Sin embargo, cuanto más apacible parezca más preparado ha de estarse a que cambie. Por ello hay que planificar para no depender de la fortuna y bascular según sus vaivenes.

Su responsabilidad

La situación financiera exige un seguimiento especial porque cuando se deteriora no goza del beneficio del tiempo. Al contrario, cobija los mecanismos para que se degrade todavía más. Por ejemplo, un déficit estructural cubierto con deuda tiende a crecer autónomamente porque los intereses se agrandan y acumulan en una espiral tipo bola de nieve.

El financiero debe desarrollar convicciones propias y flexibles a las circunstancias de su empresa. Las convicciones deben ser firmes y consensuadas con el resto de la dirección porque se corre el riesgo de vulnerarlas con la euforia de los mercados, cuando prima el crecimiento y la rentabilidad y se menosprecia el riesgo. Conviene recordar que el plan general de contabilidad aconseja ser muy sensible al riesgo. Por algo lo menciona casi cien veces mientras que rentabilidad solo lo hace cinco.

Por qué estudiar un Máster en Finanzas

Las finanzas se preocupan principalmente del crecimiento, la rentabilidad y el riesgo y se ocupan directamente del dinero, los procesos y la información. Son temas que atañen a cualquier responsable empresarial y que explican que las tres razones principales que apoyan estudiar un Máster en Finanzas sean por especialización, por complementariedad y por necesidad.

La importancia de especializarse en finanzas

Un primer objetivo del Máster en Finanzas responde al deseo de especializarse en esta función para profundizar en lo que ya se hace o para reconvertirse. Lo normal es que esta razón sea la habitual cuando la formación de base y la experiencia es en administración de empresas, pero también es válida para otros perfiles. Por ejemplo, los ingenieros, los matemáticos y los físicos cursan el Máster muy satisfactoriamente. Es muy útil también para el jurídico que busca la especialización financiera para ganar empleabilidad. Lo más importante no es tanto la mochila con la que entra cada uno como su firme determinación a aprender finanzas, una profesión siempre joven.

Las finanzas apoyan la carrera del no financiero

La segunda razón es por complementariedad. Es cuando se está en otra función pero se comprende que las finanzas son un requisito para la promoción profesional. Las finanzas son uno de los lenguajes principales de los negocios y cualquier responsable debe hablarlo para comprender sus resultados. Desde el director de empresa o de división, o quien aspire a serlo, al responsable comercial o cualquier gestor operativo han de manejarlo porque toda decisión de la empresa repercute antes o después sobre su situación financiera. Por ello el criterio financiero está presente en casi todas las decisiones no financieras y no puede olvidarse tenerlo en cuenta por ignorancia. Precisamente, los errores más graves nacen de la ignorancia porque se decide sin comprender lo que se pretende y desconociendo sus consecuencias.

Cuando las finanzas son imprescindibles

La tercera razón es por necesidad como es el caso del empresario/emprendedor. La gestión excelente de las finanzas no asegura el éxito pero su mala gestión sí garantiza el fracaso. El error financiero cuando la empresa nace y es débil, puede ser fatal. El empresario debe vacunarse para no caer en los errores de manual que vulneran las buenas prácticas empresariales y que se explican en cualquier Máster de Finanzas solvente. Además, la gestión financiera contribuye también a potenciar el crecimiento rentable de la empresa, controlando el riesgo. Ello exige formular los objetivos y las políticas financieras de gestión y ahí debe participar el empresario porque eso no es delegable como tampoco lo es el control de su propiedad.

Otras aportaciones de las finanzas

Además, el Máster en Finanzas tiene otras ventajas para quien lo cursa. Ayuda por ejemplo, a gestionar el patrimonio propio o familiar. También aporta capacidades de gestión muy valiosas, como analizar y resolver problemas, trabajar en equipo, comunicar y negociar. Enseña a pensar de manera distinta, con más método y amplitud, y a enfrentar los problemas con decisión y diferentes puntos de vista con el objetivo de indagar para comprender, porque solo lo que se comprende se gestiona atinadamente. Asimismo, toda empresa precisa una buena competencia financiera, todavía más en la era digital, lo que refuerza la empleabilidad de este Máster. Por último, ayuda al networking y a crear una red de colegas y amigos para siempre.

En resumen, hacer bien un buen Máster de Finanzas es una buena decisión y un paso firme para lograr una carrera profesional de éxito. Es una inversión muy beneficiosa para quien se esfuerza en aprovecharla.